La resistencia de un horno. Llegado a cierto punto, puede que tu horno comience a darte problemas de calor. Es posible que no gratine y acabe quemando los alimentos por la base, o bien que se queden crudos pero quemados en la superficie. Lo que está pasando es que una de las resistencias (o ambas) están deterioradas y han dejado de funcionar.

La resistencia es un elemento de nuestro horno compuesto en la mayoría de casos por una aleación de níquel y cromo que aguanta temperaturas de más de mil grados centígrados. Básicamente convierte la energía eléctrica en calorífica, o sea que es la pieza que aporta calor.

Tranquilo, no corras aún a comprar un horno nuevo, el problema tiene una solución sencilla, puede que más de lo que crees. Lo primero es cerciorarse de que ese sea el problema. Comprueba que no sea un fallo del termostato, que esté dando temperaturas incorrectas y que por eso nunca llegue a calentarse con suficiencia para cocinar correctamente.

Una vez descartado el problema, asegúrate de cuál es la resistencia está fallando (la superior, la inferior o ambas, en el caso de que nuestro horno tenga doble resistencia, claro está). Para asegurarte, deberías corroborar que llega tensión a ambas (necesitas extraer el cableado primero).

Localizada la avería, toca remediarla. Solicita una resistencia de recambio, que deberá ser específica para la marca de tu horno (en esta misma página puedes encontrarla). La facilidad para el desmontaje dependerá de qué tipo de resistencias estemos hablando, lo más común es que no haga falta sacar y desmontar el horno, lo cual supondría bastante trabajo.

No hará falta porque normalmente las resistencias son visibles y están sujetas solamente a un par de tornillos. La parte que puede complicarse si no se tiene habilidad o experiencia en estas cosas es la de los cables eléctricos, que suelen estar sujetos a la resistencia y tienen poco margen de extracción.

Esto quiere decir que hay que llevar mucho cuidado con los tirones, porque puede que nos llevemos los cables con nosotros, y si esto pasa ya podemos ir llamando a un mecánico porque la solución es más complicada. Pero si ya has conseguido desmontar (que es sencillo) la resistencia sin romper nada, solo te queda desconectar el cableado de la resistencia averiada y sustituirla por tu recambio.

Es un proceso bastante fácil que cualquiera puede hacer desde casa sin problemas. Por cierto, procura desconectar la electricidad de tu casa, recuerda que estamos trabajando con cableado y no queremos llevarnos un disgusto.