De todos los elementos que componen una campana extractora, sin duda el más importante es el filtro. La campana tiene como función básica el absorber el humo de nuestras cocinas para evitar que los olores impregnen nuestras viviendas. Pues bien, en ese humo existen muchas sustancias volátiles que se quedan sujetas en el filtro por su elevado volumen.

Y dichas sustancias son, en su mayoría, de naturaleza lipídica. O sea, que la grasa junto a otras suciedades en menores cantidades comenzará a acumularse poco a poco en nuestra campana y, con el paso del tiempo, será inevitable que invirtamos algo de tiempo en su mantenimiento.

Por varias razones: tanto por higiene (no es higiénico acumular suciedad justo encima de donde estamos cocinando, con el riesgo de que esta caiga sobre la comida que vamos a consumir) como por mantener el mejor estado del electrodoméstico durante el mayor tiempo posible. ¿En qué consiste este mantenimiento? Pues en dos aspectos claves: la limpieza de un filtro viejo y la necesaria renovación cuando sea pertinente.

Limpiar tu filtro: cuestión de paciencia 

En principio la limpieza del filtro no supone ninguna complicación. Uno de los consejos es hacerlo con una mayor frecuencia para evitar esta acumulación de grasa. Recomendamos mínimo una vez por semana sumergir los filtros en agua templada con un poco de detergente para lavar la vajilla. Podemos utilizar un cepillo de púas de plástico no metálicas para poder acceder a la grasa acumulada en los agujeritos del filtro. Desaconsejamos el uso de productos de limpieza o antigrasa así como lavar los filtros en el lavavajillas ya que si bien la grasa desaparece, los filtros pueden quedar dañados. Es frecuente atender en mostrador a clientes que viene a tienda con filtros que tras lavarlos de forma inadecuada o por el uso de productos abrasivos han quedado mates o con manchas negras.

Cambia tu filtro cuando no haya más remedio

Todo lo anterior sobre la limpieza de un filtro deberá tenerse en cuenta siempre y cuando merezca la pena, es decir, que en algunos casos será mejor reemplazarlo por uno nuevo. Por ejemplo, si llevamos demasiado tiempo sin limpiarlo, puede que su estado no permita una limpieza a fondo o que sea demasiado costosa y no merezca la pena. También puede pasar que dicho filtro tenga demasiado tiempo y sea hora de renovarlo.

En cualquier caso, si tenemos que cambiar cualquier pieza, no dudes en contactar con nosotros, que seguro que disponemos de todo lo que necesitas, y a precios muy competitivos. Consiste en una operación relativamente sencilla y suficientemente asequible para que uno pueda hacerlo por sí mismo, permitiéndonos un pequeño ahorro para nuestras carteras.